Solución política, posacuerdo y construcción de paz

El derrotero fundamental del campo solución política, posacuerdo y construcción de paz es promover el debate público sobre las rutas necesarias para alcanzar una solución política al conflicto social-armado de Colombia, en especial mediante acciones de investigación, formación, acompañamiento e incidencia. Los actuales diálogos entre un sector de la insurgencia y el Gobierno colombiano son sólo una de las piezas del rompecabezas asociado con el proceso amplio de construcción de escenarios de paz con justicia social. De prosperar la alternativa de una solución política y la suscripción de un acuerdo entre todos los sectores involucrados en el conflicto, es indiscutible que se asistiría a un nuevo ciclo de disputas en los marcos que proporciona la política y se desplegarían una serie de oportunidades para avanzar decididamente hacia las transformaciones económicas, políticas, sociales y culturales que requiere el país. Asimismo, se generarían condiciones para suscitar el debate nacional a propósito de las causas y los mecanismos que derivarían en la resolución de las violencias persistentes durante más de cincuenta años, asunto que -desde luego- desborda su entendimiento estrecho y sesgado como simples confrontaciones bélicas.

En el trasfondo se halla una discusión sobre profundas desigualdades económicas y sociales, la histórica situación de exclusión política, el despojo territorial, el desplazamiento forzado, las raíces de la violencia estatal y paramilitar, la necesaria democratización de la sociedad, la construcción de una nueva cultura política basada en principios de paz, la reorganización del régimen político y la redefinición de un funesto modelo económico basado en la expoliación intensiva y extensiva de recursos minero- energéticos, la producción de agro-combustibles, la mayor presencia de empresas transnacionales, la mercantilización de los bienes comunes y la precarización del trabajo.

La renovada dinámica de organización, lucha y vigor constituyente de los movimientos sociales, populares y, en general, de los sectores subalternos víctimas del conflicto social/armado ha atizado dicha discusión. Allí radica la demostración de una fecunda tradición de protesta y resistencia pero también de una vocación de poder cristalizada mediante la politización, la movilización, la apropiación de agendas y la formulación de propuestas de paz, de soberanía y autonomía comunitaria, de producción alternativa y popular del territorio y la territorialidad, de defensa, exigibilidad y justiciabilidad de derechos económicos, sociales, culturales, ambientales y territoriales que, en conjunto, expresan legítimas aspiraciones de mujeres, campesinos, estudiantes, trabajadores, indígenas, afro-descendientes y gentes del común, no resueltas ni tramitadas adecuadamente a través del ordenamiento constitucional vigente.

Es precisamente en ese complejo escenario donde ILSA adelantará su labor contribuyendo con un entendimiento amplio de las rutas para consolidar la alternativa de la solución política y apoyando procesos de construcción de paz a partir de una perspectiva de derechos humanos y enfoques interculturales/intersectoriales, de género/generación y de diversidad local/regional.

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